Modelo predictivo del Bienestar Psicológico a partir de la Satisfacción con la Vida en jóvenes de la ciudad de Arequipa (Perú)

  Julio Cesar Huamani Cahua y Walter Lizandro Arias Gallegos
  Universidad Católica San Pablo, Arequipa, Perú
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Huamani Cahua, J. C., & Arias Gallegos, W. L. (2018). Modelo predictivo del Bienestar Psicológico a partir de la Satisfacción con la Vida en jóvenes de la ciudad de Arequipa (Perú). PSIENCIA. Revista Latinoamericana de Ciencia Psicológica, 10, doi: 10.5872/psiencia/10.2.21

Resumen

Resumen

El objetivo del estudio fue proponer un modelo predictivo para el Bienestar Psicológico en jóvenes de la ciudad de Arequipa (Perú). Para ello, se evaluó a 357 jóvenes mediante técnicas de muestre no probabilístico, de los cuales 57.4% eran mujeres y 42.6% varones, con una edad media de M = 23.57, DE = 3.80. Los instrumentos utilizados fueron la Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS), la Escala de Bienestar Psicológico (BIEPS) y un cuestionario para recoger datos demográficos. La investigación de tipo básica, siguió un diseño no experimental relacional de nivel explicativo predictivo. Para realizar el análisis confirmatorio de los instrumentos se aplicó el modelamiento de ecuaciones estructurales (SEM) y para predecir en términos probabilísticos el bienestar psicológico en jóvenes en función a las variables observadas se utilizó el perceptron multicapa (redes neuronales). En los resultados se logró simplificar y confirmar la estructura factorial de los instrumentos utilizados a través del SEM, se predijo el modelo de Bienestar Psicológico y se arribó a la importancia relativa de los distintos factores predictores a través del perceptrón multicapa, llegando a concluir que el mayor o menor bienestar psicológico depende más de la subjetividad individual; como los proyectos de vida, los vínculos cercanos y la satisfacción vital, que de las variables sociodemográficas, económicas, salud, situación laboral, etc.

Palabras Clave: Bienestar psicológico, satisfacción con la vida, variables predictoras

Introducción

Introducción

Introducción

El bienestar de una persona abarca diversas áreas de la vida, por lo que puede decirse que el completo bienestar consta de la parte física, mental y social. Asimismo, el adecuado desarrollo de la salud abarca la capacidad de las personas en hacer o convertirse en lo que se desea ser (Zubieta, & Delfino, 2010). De este modo, el bienestar psicológico refiere el grado en que el individuo juzga globalmente su vida en términos favorables. Se trata de un constructo triárquico, entre los estados emocionales, el componente cognitivo y las relaciones vinculares (Casullo, 2002), que favorece el desarrollo del verdadero potencial de sí mismo con el esfuerzo por perfeccionarse (Ryff, 1995).

En la búsqueda del bienestar psicológico, las mujeres tienden a orientarse hacia valores más sociales, expresivos y comunitarios (Zubieta, Muratori, & Mele, 2012) pues tienen mayor facilidad en la expresión de sus sentimientos, denotando frecuentemente, preocupación por los demás (Urquijo, Andrés, Del Valle, & Rodríguez-Carvajal, 2015). En cambio, los varones enfatizan los valores referidos a la autonomía y la autoaceptación como fuente de su bienestar (Zubieta et al., 2012), buscando nuevos objetivos y tendiendo a regularse internamente (Urquijo et al., 2015).

En ese sentido, el género femenino ha tenido mayores puntuaciones positivas en lo referente al crecimiento personal, manifestando una percepción positiva en cuanto a sus oportunidades para su constante desarrollo de potencialidades (Barra, 2011; García, 2013; Leontopoulou, & Triliva, 2012; Mayordomo, Sales, Satorres, & Meléndez, 2016). Así también, tienen mayor facilidad para sentir satisfacción en sus relaciones sociales (Barra, 2012; Casullo, 2002; Muratori, Zubieta, Bobowik, Ubilos, & Gonzáles, 2015; Leontopoulou, & Triliva, 2012; Mayordomo et al., 2016) y desarrollan mayor capacidad para responsabilizarse de sus actos (Casullo, 2002). Para el caso de los varones, tanto la autoaceptación como la autonomía, son las dimensiones que evidencian mejor desempeño (Mayordomo et al., 2016; Zubieta et al., 2012; García, 2013), así pues, manifiestan estar satisfechos con su cuerpo, su forma de ser y perciben respuesta positiva de su entorno (Casullo, 2002). No obstante, las mujeres también han mostrado niveles altos de autonomía (Ryff, Keyes, & Hughes, 2003). Sin embargo, algunos estudios también han reportado que no existen diferencias en el bienestar psicológico según el género (Casullo, & Castro, 2000; Escarbajal, Izquierdo, & López, 2014).

Con respecto a la edad, se ha señalado que tiene relación con el bienestar psicológico en cada una de sus dimensiones (Casullo, 2002). Mientras mayor edad tengan las personas alcanzan mayor autonomía, dominio de su entorno (Ryff, & Singer, 2008; Lindfors, Berntsson, & Lundberg, 2006; Zubieta, Fernández, & Osa, 2012; Muratori, Zubieta, Bobowik, Ubilos, & Gonzáles, 2015; Mayordomo et al., 2016) y perciben sentimientos positivos en su crecimiento personal (Páramo, Straniero, García, Torrecilla, & Escalante, 2012; Barra, 2011; Zubieta, & Delfino, 2010). Ocurre lo mismo en torno a la percepción de independencia, control y las metas vitales (Muratori et al., 2015; Mayordomo et al., 2016), así también, las relaciones positivas y la autoaceptación no se modifican a lo largo del desarrollo de la persona, mientras que las dimensiones de propósito de vida y crecimiento personal tienen puntuaciones más bajas en personas de mayor edad (Mayordomo et al., 2016; Meléndez, Tomás, & Navarro, 2009). A los 17 años las mujeres presentan mayor preocupación por el futuro y los varones expresan mayor satisfacción con su cuerpo, su forma de ser y el encajar bien en su entorno (Casullo, 2002). Las diferencias descritas se manifiestan con mayor fuerza mientras continúa avanzando la edad (Mayordomo et al., 2016; Rosa, Negrón, Maldonado, Quiñones, & Toledo, 2015). No obstante, también se registran datos de que la edad no determina diferencias significativas (Casullo, & Castro, 2000; Escarbajal et al., 2014; Véliz-Burgos, & Apodaca, 2012). Sin embargo, las dimensiones del bienestar tienen a presentar diferencias en el tiempo, ya que aquello que es importante en una etapa quizás no lo sea en otras (Benatuil, 2004).

Por ejemplo, en la etapa de la juventud, se reportado que los universitarios perciben su propio bienestar más alto que el de la población en general (Velásquez, Montgomery, Dioses, Pomalaya, Chávez, Egúsquiza, Cavero, & Wong, 2014), lo cual responde a un crecimiento de la autosatisfacción (Del Valle, Hormaechea, & Urquijo, 2015), no obstante, algunos autores señalan que al menos durante el primer año de universidad, los estudiantes se sienten presionados debido a las nuevas responsabilidades que asumen y al periodo de transición que implica pasar de la escuela a la universidad (Cooke, Bewick, Barkham, Bradley, & Audin, 2006). A esto puede sumarse que deben definir su proyecto de vida y que en muchos casos tienen que asumir sus gastos económicos y su propia manutención.

Dado que no puede existir el bienestar individual sin el bienestar social (Keyes, & López, 2002), el factor psicosocial también se encuentra relacionado directamente con el bienestar psicológico (Rodríguez, Ramos, Ros, Fernández, & Revuelta, 2016; Nunes, Bodden, Lemos, Lorence, & Jiménez, 2014; Valois, Zullig, Huebner, & Drane, 2009). Particularmente en la adolescencia, está relacionado con el apoyo positivo de los padres y la familia (Nunes et al., 2014; Valois et al., 2009), así como del grupo de amigos (Vitaro, Boivin, & Bukowski, 2009). Se suele afirmar que aquellas personas que tienen un grupo de amigos más grande y que pasan más tiempo con ellos, tienden a ser más felices disfrutando de su bienestar (Diener, 1994). En ese sentido, es importante tener relaciones y vínculos afectivos, con personas con quienes se pueda contar en momentos de crisis. No obstante, hay que tener en cuenta que no toda la población cuenta con este tipo de apoyo, como es el caso de los jóvenes que viven y crecen en orfanatos, pues en ellos se produce una ruptura emocional y social que podría afectar su bienestar psicológico (Trejos, Bedore, Davis, & Hipps, 2015).

Los vínculos psicosociales que puede formar una persona se relacionan con el estado civil, y se ha visto que existen diferencias entre personas solteras y casadas en cuanto a sus niveles de bienestar psicológico, satisfacción con la vida y salud mental (Arias, Masías, Salas, Yépez, & Justo, 2014). Así lo demuestran Muratoni et al. (2015), quienes comparan población española y argentina, encontrando que las personas separadas o divorciadas expresaban tener mayor autonomía que los solteros y mayor interés por desarrollar su potencial junto con un autoconocimiento y lo realizaban de manera más libre. En torno a las personas casadas o con pareja, mayormente española, se exhibe una mayor sensación de control e influencia del contexto en que se desarrollan, a la par de mayores posibilidades de potenciar sus capacidades como parte del crecimiento personal. En cuanto a los solteros, existe déficit en la presencia de bienestar, teniendo menos autonomía y capacidad de resistencia social tanto en su desarrollo personal como social. En el Perú, también se ha reportado que los casados muestran mayores niveles de felicidad que los solteros, mientras que las variables de edad y sexo, no muestran diferencias significativas (Alarcón, 2001).

Por otro lado, la práctica deportiva o la realización de alguna actividad física aporta positivamente al bienestar psicológico (Cervelló, Peruyero, Montero, González-Cutre, Beltrán-Carrillo, & Moreno-Murcia, 2014), no solo por sus efectos sobre la salud a nivel orgánico (Zazo, & Moreno-Murcia, 2015), sino también, porque promueve el cultivo de relaciones sociales positivas (Ryff, & Keyes, 1995).

Otro factor a considerar es el socioeconómico. La globalización a la par de haber propiciado el desarrollo económico ha generado también empleos precarios, subempleo, pluriempleo y desempleo; lo cual afecta la vida de las personas (Portera, 2006). Particularmente el desempleo puede tener un impacto mayor en varones que en mujeres de edad intermedia, no obstante, los efectos negativos se manifiestan en todas las edades (Álvaro, 1992). Asimismo, existe mayor deterioro psicológico en personas desempleadas pertenecientes a países con un nivel de vida socioeconómico alto y con un sistema de protección al empleado más completo y desarrollado (Marsh, & Álvaro, 1990). En ese sentido, el no poder participar en situaciones sociales y laborales, y percibir la exclusión entre compañeros afecta el bienestar psicológico (Dolan, García, & Díez, 2005).

Asimismo, el bienestar psicológico tiene su componente cognitivo en la satisfacción con la vida, que es el grado en que una persona evalúa en forma positiva su calidad global de vida (Veenhoven, 1991). No obstante, debe tenerse en cuenta que los ámbitos relevantes de la satisfacción con la vida, son diferentes para cada persona e incluso independientemente de la edad y el sexo, como lo han demostrado los estudios de Padrós, Gutiérrez y Medina (2015), en población mexicana. En ese sentido, en Perú son los adultos mayores quienes evidencian mayor satisfacción con la vida en comparación a los adolescentes (Martínez, 2004).

Por otro lado, la autoaceptación y el autocontrol predicen la satisfacción tanto en adolescentes tempranos como medios de México; particularmente, las relaciones positivas y el propósito de vida son predictores significativos en los primeros, como los planes a futuro en los segundos (Barcelata, & Rivas, 2016). La relación entre ambas variables ha sido evidenciada en múltiples estudios alrededor del mundo (Aranguren, & Irrazabal, 2015; Casullo, & Castro, 2000; Chen, Jing, Hayes, & Lee, 2012; Kjell, Nima, Sikstraim, Archer, & García, 2013; Barcelata, & Rivas, 2016). Es decir, variables como la autoaceptación, el propósito de vida, el autocontrol, las relaciones positivas con otros y los planes a futuro, contribuyen de manera significativa a la satisfacción con la vida en los adolescentes en general (Cotton, Hill, Lapsley, Talib, & Finch, 2009; García, & Archer, 2012; Hofmann, Luhmann, Fisher, Vohs, & Baumeister, 2013; Moksnes, & Espnes, 2013; Rey, Extremera, & Pena, 2011; Schwarz, Mayer, Trommsdorff, Ben-Arieh, Friedlmeier, Lubiewska, Mishra, & Peltzer, 2011; Videra, & Reigal, 2013).

En ese sentido, el propósito del presente estudio fue realizar el análisis factorial confirmatorio de la Escala de Bienestar Psicológico (BIEPS) y la Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS), y plantear un modelo predictivo para el bienestar psicológico en jóvenes, basado en los valores de las variables predictoras: empleo-desempleo, salud, datos sociodemográficos, satisfacción con la vida; y, utilizando redes de perceptrones multicapa (MLP) (redes neuronales). Este estudio se enmarca en un contexto como el peruano, donde los estudios sobre bienestar psicológico son escasos y de reciente factura.

Así, tenemos que, en un estudio de corte psicométrico, se analizó la validez y la confiabilidad de la Escala de Bienestar Psicológico de Ryff en estudiantes universitarios de la ciudad de Trujillo, reportándose adecuados valores de consistencia interna y verificándose la estructura factorial de dicho instrumento (Chang, 2016). En otra investigación, se encontraron relaciones significativas entre el autoconcepto físico y el bienestar psicológico subjetivo de estudiantes de psicología (Silva, 2016). En un estudio correlacional de Caycho, Ventura, Barboza y Carbajal, (2016), evaluaron a 150 migrantes residentes en Italia, encontrando que aquellos que trabajan o estudian presentan mayor bienestar psicológico, y que el apoyo social predice el bienestar de los participantes. Finalmente, en Arequipa, se publicó un trabajo en el que se compara el bienestar subjetivo, la identidad social-nacional y el sentido de humor en estudiantes de psicología provenientes de las ciudades de Arequipa, Ica y Huancayo; señalándose que existen diferencias significativas entre los jóvenes en función del ciclo de estudios (Cornejo, Pérez, & Arias, 2017).

En consecuencia, el presente estudio pretende responder la siguiente pregunta de investigación: ¿En qué medida la satisfacción con la vida y otras variables sociodemográficas predicen el bienestar psicológico de los jóvenes de la ciudad de Arequipa? Asimismo, para dar respuesta a esta pregunta, se tienen los siguientes objetivos de investigación: 1) Analizar las propiedades psicométricas de los instrumentos de evaluación y 2) Procesar estadísticamente la información a través del perceptrón multicapa con la finalidad de generar un modelo predictivo del bienestar psicológico a partir de la satisfacción con la vida y las variables sociodemográficas.

Método

Método

La muestra estuvo conformada por 357 jóvenes de ambos sexos de 18 a 30 años de edad (M = 23.57; DE = 3.80). Se seleccionó a los jóvenes mediante la técnica de muestreo por cuotas (Hernández, Fernández, & Baptista, 1997), mientras realizaban compras en tres supermercados de la ciudad de Arequipa, considerando 120 jóvenes por cada supermercado, conformando un total de 360 jóvenes, sin embargo, en el estudio se consideró solo a 357 sujetos, pues se eliminaron a tres sujetos, debido a las estimaciones del modelo. La selección de los supermercados que participaron en el presente estudio se realizó de modo intencional, pero de modo que se cubrieran diversas zonas de la ciudad.

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La Escala de Bienestar Psicológico (BIEPS), es un instrumento construido por Casullo y Castro (2000), con la finalidad de realizar una medición que permitiera la evaluación del constructo bienestar psicológico. Consta de 20 ítems con una escala de respuesta tipo Likert que se encuentran distribuidos en cuatro factores. Las áreas que mide el test son:Control (CON), que se refiere al control de situaciones, relacionada a tener una sensación de control y autocompetencia. Las personas con control pueden crear o moldear contextos para adecuarlos a sus propias necesidades e intereses. Aquellos que presentan una baja sensación de control tienen dificultades en el manejo de los asuntos de la vida diaria y creen que son incapaces de modificar el ambiente en función de las necesidades. Vínculos (VIN), es la capacidad para establecer buenos vínculos con los demás, tener calidez, confianza con los demás y capacidad empática y afectiva. Tener malos vínculos significa tener pocas relaciones con los demás, sentirse aislado y frustrado; además de una incapacidad para establecer relaciones comprometidas con los demás. Proyectos (PROY), implica tener metas y proyectos de vida, es decir, considerar que la vida tiene significado, y asumir valores que otorgan sentido y significado a la vida. Aceptación (ACEP), implica poder aceptar los múltiples aspectos de sí mismo, incluyendo los buenos y malos: Sentirse bien acerca de las consecuencias de los eventos pasados. La prueba consta de adecuados valores de validez y confiabilidad, que fueron obtenidos por medio del análisis factorial y la prueba alfa de Cronbach, que obtuvo un valor de α= 0.74.

La Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS), de Diener, Emmons, Larsen y Griffin (1985), cuya adaptación española fue realizada por Atienza, Pons, Balaguer y García-Merita (2000). El instrumento mide la satisfacción con la vida, como el grado en que una persona evalúa la calidad global de su vida en forma positiva, es decir, cuánto le gusta a una persona la vida que lleva. El instrumento consta de cinco ítems dos de los cuales dos tienen una calificación inversa (3 y 5). Cuenta con validez de constructo destacándose que se trata de una escala unidimensional cuyo único factor explica el 53.7% de la varianza total. Asimismo, tiene un índice de consistencia interna de 0.84, calculado con la prueba alfa de Cronbach.

Asimismo, se adjuntó una ficha sociodemográfica, elaborada por los investigadores para obtener datos con respecto a la edad, sexo, grado de instrucción, lugar de residencia, estado civil, personas con las que vive, enfermedades sufridas el último año, situación laboral y situación de desempleo.

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Para la aplicación de los instrumentos (BIEPS y SWLS), se tomaron en cuenta las instrucciones de los mismos, previo consentimiento informado, según los criterios de selección expuestos anteriormente. Los sujetos fueron abordados al ingreso de los tres supermercados considerados para el estudio y solo fueron evaluados aquellos jóvenes que desearon participar hasta haber completado el número de 120 sujetos por cada supermercado. Una vez recolectada la información, se procedió a codificar los datos y se exploraron los datos a través de estadística descriptiva (medidas de tendencia central, medidas de variabilidad, de forma y de posición). Para realizar la comparación de datos se utilizó el análisis de datos paramétricos a través de la prueba t de Student y el ANOVA de un factor mediante el paquete estadístico SPSS 23. Para predecir el bienestar psicológico en adolescentes en función a las variables sociodemográficas se utilizó el perceptron multicapa (redes neuronales) a través del software AMOS.

Resultados

Resultados

Análisis factorial exploratorio del Bienestar Psicológico (BIEPS) y de la Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS)

Para el caso de la Escala de Bienestar Psicológico, se realizó mediante el método de componentes principales y rotación promax, porque los factores resultantes podrían estar relacionados y porque es un método actualmente utilizado para análisis factorial exploratorio (Lloret-Segura, Ferreres-Traver, Hernández-Baeza, & Tomás-Marco, 2014). En ese sentido, se extrajeron cuatro factores (CON, VIN, PROY, ACEP) que explicaron, respectivamente, el 14.99%, 13.10%, 13.04 % y 10.36 % de la varianza total explicada, que suma el 51.51%. El índice Kaisser-Meyer-Olkin (.801) y la prueba de esfericidad e Bartlett (p< .001) arrojaron valores adecuados y significativos. Los cuatro factores mostraron consistencia interna adecuada a través del Coeficiente Alfa de Cronbach, obteniéndose coeficientes de confiabilidad superiores al criterio de .70 (Thorndike, 1989).

Para el caso de la Escala de Satisfacción con la vida, se realizó mediante el método de componentes principales y rotación varimax, extrayendo un factor (SWLS) que explica el 55.32% de la varianza total. El índice Kaisser-Meyer-Olkin (.829) y la prueba de esfericidad de Bartlett (p< .001) también arrojaron valores adecuados y significativos. El factor hallado muestra consistencia interna adecuada a través del Coeficiente Alfa de Cronbach, obteniéndose un coeficiente de confiabilidad de .785, considerado como bueno (Thorndike, 1989) y que nos indica que el instrumento es confiable.

Análisis factorial confirmatorio del BIEPS y SWLS

Un análisis preliminar de los datos muestra que en todos los ítems de ambos instrumentos se puede emplear el AFC, pues no presentan valores muy elevados de curtosis y asimetría.

Una vez estimado el modelo es necesario evaluar su calidad. Para ello se utilizaron los estadísticos de bondad de ajuste. Los de ajuste absoluto (valoran los residuos), los de ajuste relativo (comparan el ajuste respecto a otro modelo de peor ajuste) y los de ajuste parsimonioso (valoran el ajuste respecto al número de parámetros utilizados (Ruiz, 2000).

Al realizar el AFC de los instrumentos de medición, una vez obtenidos los factores producto de la base teórica y el análisis factorial exploratorio, se construyó el modelo análogo para cada estructura factorial, con el fin de valorar si presentan buenos índices de bondad de ajuste. Además, se calcularon los índices de modificación para correlacionar aquellos errores de los ítems de un mismo factor que presenten valores inusuales (Tabla 1).

Tabla 1. Índices de bondad de ajuste de los modelos estimados.

PSIENCIA Revista Latinoamericana de Ciencia Psicologica 10 2 HuamaniCahua et al Tabla1

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La escala de Bienestar Psicológico (BIEPS), confirma el modelo teórico propuesto por los autores (Casullo, & Castro, 2000), pues los 13 ítems confirman cuatro factores como fue previsto. Sin embargo, en este análisis factorial confirmatorio, para mejorar el ajuste de la prueba elimina tres ítems (4, 5 y 10), además, correlaciona el ítem 9 del factor Aceptación (ACEP) con el ítem 11 del factor Vínculos (VIN); lo que nos indica que probablemente ambos reactivos miden los mismo, o que generan un nuevo factor. Lo mismo sucede con el ítem 1 del factor Control (CON) con el ítem 7 del factor Vínculos (VIN). Se observa en ese sentido, que el factor Aceptación (ACEP), es el que muestra colinealidad en sus reactivos, lo que sugiere que en otros estudios con muestras más grandes se tenga en consideración crear un nuevo factor. En la figura 1, se muestra la estructura factorial de la Escala de Bienestar Psicológico.

PSIENCIA Revista Latinoamericana de Ciencia Psicologica 10 2 HuamaniCahua et al Figura1 (1)

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Figura 1. Modelo final estimado de la Escala de Bienestar Psicológico (BIEPS).

Análisis factorial confirmatorio del SWLS

El factor obtenido confirma la teoría propuesta por los autores del instrumento (Diener, Emmons, Larsen, & Griffin, 1985), con la existencia de un solo factor y 5 reactivos, indicando que todas estas presentan pesos altos, siendo el ítem 3 (“Estoy satisfecho(a) con mi vida”), la que mejor explica el modelo. En la figura 4, se muestra la estructura factorial de esta escala.

PSIENCIA Revista Latinoamericana de Ciencia Psicologica 10 2 HuamaniCahua et al Figura2 (1)

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Figura 2. Modelo final estimado de la Es cala de Satisfacción con la Vida (SWLS).

Análisis de las variables de estudio

Al describir las unidades de estudio con respecto a las variables demográficas consideradas en el estudio (Tabla 2) y a la variable Satisfacción con la Vida (M= 18.26; DE= 4.32), se observa que, al categorizar los datos, el 60.2% de los jóvenes investigados se encuentran en el nivel alto de satisfacción con la vida y solo el 10.1% se encuentra en el nivel bajo.

Tabla 2. Estadísticos descriptivos de las variables demográficas.

PSIENCIA Revista Latinoamericana de Ciencia Psicologica 10 2 HuamaniCahua et al Tabla2

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Asimismo, se observa que el 91.9% de la muestra estudiada se encontraba en situación de empleo y solo el 8.1% se encontraba en situación de desempleado al 2016. De los jóvenes que se encontraban en situación de empleo, se tiene que el 19.5% alguna vez estuvo desempleado durante el año 2016. La frecuencia es: desempleado 1 vez al año en un 38.9% y casi siempre desempleado un 30.2%.

Al analizar los puntajes obtenidos en la Escala de Bienestar Psicológico en general (M= 13.83; DE= 3.16), se encontró que el 53,5% de los jóvenes evaluados se encuentran en el nivel bajo y solo el 23.8% se encuentra en el nivel alto. No existen diferencias en el bienestar psicológico en función del sexo (t(355)= -.744; p= .457), tampoco por edad (F(12)= 1.553; p= .104). Sin embargo, existen diferencias en la dimensión Control (F(12)= 2.230; p= .010), donde los jóvenes de mayor edad puntúan más bajo que los de menor edad, y en la dimensión Aceptación (F(12)= 2.135; p= .015), donde los de menor edad puntúan más bajo que los de mayor edad. En las dimensiones Vínculos y Proyectos no existen diferencias en cuanto a la edad. El bienestar psicológico es diferente, según el grado de estudios (F(4)= 3.488; p= .003), de modo que quienes tienen grado de instrucción primaria y sin instrucción puntúan más alto que los jóvenes con instrucción superior. Los mismos resultados se observan en la dimensión Proyectos (F(4)= 3.506; p= .008) y en la dimensión Aceptación (F(4)= 3.975; p= .004); pero no existen diferencias en las dimensiones de Control y Vínculos. El bienestar psicológico según el estado civil, muestra que no existen diferencias significativas (F(4)= 1.118; p= .316), tampoco en sus dimensiones, excepto en la dimensión Control (F(4)= 4.400; p= .002), donde los jóvenes con estado civil casado o viudo presentan puntajes más bajos que los solteros y los divorciados. En base al criterio de las personas con las que viven actualmente los jóvenes, tampoco evidencian diferencias en el bienestar psicológico (F(11)= 1.312; p= .216), excepto en la dimensión Control, donde se observa que aquellos que viven con su esposa(o), suegros y/o hijos, puntúan más bajo que los que viven solos o con sus padres y hermanos (F(11)= 1.312; p= .216). Con respecto a las enfermedades sufridas en el último año, tampoco se registran diferencias en el bienestar psicológico (F(5)= 1.594; p= .161) ni en sus dimensiones. Asimismo, la situación laboral actual no evidencia diferencias significativas en el bienestar psicológico (F(8)= 1.425; p= .184), excepto en la dimensión Control, donde los trabajadores estables, familiares no renumerados y contratados, puntúan más bajo que los obreros y trabajadores por horas. Al comparar el bienestar psicológico según la frecuencia de desempleo, se observa que no existen diferencias significativas en la muestra evaluada (F(3)= 1.144; p= .333).

Tabla 3. Importancia de las variables causales del Bienestar Psicológico (BIEPS).

PSIENCIA Revista Latinoamericana de Ciencia Psicologica 10 2 HuamaniCahua et al Tabla3

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Para predecir el bienestar psicológico en función de las variables edad, sexo, grado de instrucción, estado civil, familiares con los que vive actualmente, enfermedades sufridas en el último año, situación laboral actual y situación de desempleo alguna vez durante el año; se utilizó el perceptrón multicapa (redes neuronales). La red neuronal identificó las variables que explican el bienestar psicológico, y considera como la más importante el factor Proyectos, de modo que, los puntajes altos o bajos que presenten los jóvenes en bienestar psicológico, dependerán de su capacidad de tener metas y proyectos en la vida. La variable Vínculos explica que los jóvenes que presenten puntajes altos serán aquellos que confíen en los demás y sean capaces de mostrar capacidad empática y afectiva. Las variables que influyen son también Control y Aceptación. Con respecto a la satisfacción con la vida, se tiene que ésta, influye y predice el bienestar psicológico en los jóvenes. Es decir, aquellos que estén satisfechos con sus vidas y que consideran que las circunstancias de sus vidas son buenas, presentarán puntajes altos, y por el contrario aquellos que se consideran insatisfechos con sus vidas presentaran puntajes bajos en bienestar psicológico (ver Tabla 3).

PSIENCIA Revista Latinoamericana de Ciencia Psicologica 10 2 HuamaniCahua et al Figura3 (1)

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Figura 3. Red neuronal (perceptrón multicapa) de la importancia de ítems de la dimensión vínculos, causales del Bienestar Psicológico (BIEPS).

Asimismo, la red neuronal ha identificado que los ítems de la dimensión Proyectos, que influyen y predicen el bienestar psicológico en los jóvenes son, el ítem 3, que señala “Creo que sé lo que quiero hacer con mi vida” y el ítem 6 “Me importa pensar qué haré en el futuro”. En consecuencia, aquellos jóvenes que no saben lo que quieren hacer con su vida y no tienen claro que harán en el futuro son los que obtienen los puntajes más bajos. Del mismo modo, los ítems de la dimensión Vínculos que influyen y predicen el bienestar psicológico, son el ítem 11, que señala “Creo que en general me llevo bien con la gente” y el ítem 8 “Cuento con personas que me ayudan si lo necesito”. De modo que, aquellos jóvenes que no se llevan bien con la gente, que están en conflicto constante y que no cuentan con personas que los apoyen son los que obtendrían puntajes más bajos. En la figura 3 se muestra la importancia de los ítems de la dimensión Vínculos, causales del bienestar psicológico a través del Perceptrón Multicapa.

Discusión

Discusión

Al realizar el análisis de bienestar psicológico en relación a la edad, se encontró que no existen diferencias significativas, del mismo modo, se puede indicar que la edad de los jóvenes investigados no influye de manera significativa en el bienestar psicológico. Estos resultados se complementan con los encontrados por Casullo y Castro (2000), Escarbajal et al. (2014) y Scheinsohn y Lucchetti (2006). Sin embargo, Muratori et al. (2015), encontraron que la edad, se relaciona directamente con tres dimensiones: autonomía, dominio del entorno y propósito de vida, al utilizar la escala de bienestar psicológico de Ryff y Keyes (1995). Situación por la que, a mayor edad de los jóvenes, su percepción de independencia, control y metas vitales puede ir aumentando; no obstante, Barrantes-Brais y Ureña-Bonila (2014) encontraron una relación negativa entre la edad y satisfacción con la vida.

En relación al género, se identificó que esta variable no influye en el bienestar psicológico. Ello se corrobora con los datos encontrados por Scheinsohn y Lucchetti (2006). Pero los resultados son contrarios a los encontrados por Barrantes-Brais y Ureña-Bonila (2014), y Rosa et al. (2015), quienes encontraron que el género femenino ha tenido mayores puntuaciones positivas en el bienestar psicológico en muestras de Costa Rica y Puerto Rico, respectivamente. Asimismo, en otras investigaciones se encontró que las mujeres tienen mayor facilidad en sentir satisfacción con las relaciones de amistad y desarrollan mayor capacidad de responsabilizarse de sus actos (Muratori, Zubieta, Bobowik, Ubilos, & Gonzáles, 2015).

Con respecto al grado de instrucción se encontró que en la variable satisfacción con la vida no se tiene diferencias significativas, sin embargo, en la variable bienestar psicológico, sí existen diferencias significativas en los factores Proyectos y Aceptación, así como en la variable bienestar psicológico en general, donde los jóvenes con instrucción superior presentan puntajes bajos en comparación a los de instrucción secundaria o primaria que puntúan más alto. Al analizar la importancia predictiva para el bienestar psicológico, se identificó que no ejerce influencia significativa. Estos datos podrían indicar que jóvenes que se encuentran cursando estudios superiores, tiene una carga y presiones sociales fuertes, exteriorizando peores condiciones que aquellos jóvenes que no se encuentra en esta situación (Cooke et al., 2006). Resultados diferentes encontraron Del Valle, Hormaechea y Urquijo (2015), quienes indican que, los alumnos que tienen estudios universitarios, perciben su propio bienestar más alto que de la población en general, lo cual responde a un crecimiento de su autosatisfacción.

La variable estado civil no influye en la presencia de diferencias en lo que respecta a la satisfacción con la vida. No obstante, en relación al bienestar psicológico no se aprecian diferencias en la Escala de Bienestar Psicológico en general, pero, sí existen diferencias en el factor Control, donde se observa que los jóvenes solteros están en condiciones más favorables en comparación con los jóvenes casados. Pero, al analizar la importancia predictiva, se evidencia que su aporte predictivo al bienestar psicológico no es significativo. Una explicación a estos resultados, podría encontrarse en el hecho de que al ser jóvenes y estar casados o convivir con una pareja, tienen mayores responsabilidades, que se suman a las propias de su edad, como el estudio, el trabajo, etc. Considérese que, en Arequipa, la edad media de matrimonio para las mujeres, es de 25 años y para las uniones libres es de 22 (Instituto para el Matrimonio y la Familia, 2017). En el caso de los varones la edad de matrimonio suele ser mayor en cinco años en ambas situaciones. Esto quiere decir que, la situación económica, el acceso a vivienda, empleo seguro, etc. serían variables que se cargan a la relación de pareja, y que conllevarían a un escaso bienestar psicológico, pues siendo jóvenes, estas condiciones, no están del todo superadas. Así, la carencia de esos recursos conllevaría a un bajo bienestar psicológico e insatisfacción vital.

Con respecto a la situación de salud y personas con las que vive el joven, no se manifestaron diferencias para ninguna de las dos variables en relación a satisfacción vital y bienestar psicológico, por tanto, estos resultados discrepan con los encontrados por Veenhoven (1991), quien afirma que los vínculos personales más cercanos (familiares, amigos, vecinos) son las fuentes de mayor satisfacción para las personas. Así pues, el pertenecer a una familia con déficits en su funcionamiento se puede asociar a problemas conductuales o psicológicos (Musitu, Buelga, Lila, & Cava, 2001). Con respecto a la salud, Barrantes-Brais y Ureña-Bonila (2014) han demostrado que el manifestar un adecuado nivel de bienestar psicológico puede influir positivamente en la salud de las personas, tanto en indicadores fisiológicos como funcionales. Del mismo modo, la satisfacción con la vida, permite afrontar de mejor manera el estrés y reduce las tasas de mortalidad (Chida, & Steptoe, 2008; Brydon, Walker, Wawrzyniak, Chart & Steptoe, 2009).

Al analizar la variable situación laboral y asociarla con la variable satisfacción con la vida, encontramos diferencias estadísticamente significativas; es decir, los contratados, desempleados, trabajadores por horas y empleados estables pareciera que presentan ligeramente puntajes más bajos que los otros grupos. En relación al bienestar psicológico no existen diferencias significativas. Se observa que los sujetos que se encuentran en situación de desempleo presentan puntajes bajos en la satisfacción con la vida. Sin embargo, al analizar la importancia predictiva de la situación laboral en el bienestar psicológico se identificó que la situación de empleo o desempleo no influye significativamente en el bienestar psicológico de la muestra. Los resultados encontrados son diferentes a los encontrados por Álvaro (1992), quien indica que el desempleo puede tener un impacto mayor en varones que en mujeres de edad intermedia. No obstante, los efectos negativos se dan en todos los grupos de edad, e incluso, el tiempo de duración del desempleo se asocia con el deterioro de la salud mental (Álvaro, 1992). Por otro lado, el deterioro psicológico en las personas desempleadas, se manifiesta acentuado cuando pertenecen a países con un desarrollo económico alto y con un sistema de protección al empleado más completo y desarrollado (Marsh, & Álvaro, 1990). La realidad peruana dista mucho de estas características, pues abunda el subempleo, pluriempleo y el latente riesgo del desempleo; siendo dichas circunstancias, parte de la cotidianidad (León, 2013; Arias, & Jiménez, 2012).

Finalmente se encuentra que los jóvenes estudiados presentan niveles altos de satisfacción con la vida. Al analizar la importancia predictiva de la satisfacción con la vida en el bienestar psicológico de la muestra, se encontró que aporta aproximadamente, en un 45% de importancia normalizada. La satisfacción con la vida, tiene una relación directa con el bienestar, tanto subjetivo como psicológico (Aranguren, & Irrazabal, 2015; Casullo & Castro, 2000; Chen et al., 2012; Kjell et al., 2013; Linley et al., 2009; Barcelata, & Rivas, 2016), pues es el componente cognitivo del mismo (Veenhoven, 1994).

Al analizar el bienestar psicológico, se observaron niveles bajos en la muestra estudiada, a pesar de que la valoración cognitiva que realizan las personas de su vida es positiva. Ello, empero, no influye significativamente en la percepción que tienen de su bienestar; pues el bienestar psicológico no está solo constituido por la valoración cognitiva. Sin embargo, se evidenció que el establecimiento de proyectos, planes y metas vinculados entre sí, que constituyen un sistema personal de sentido de vida (Huamani, & Ccori, 2016); es lo que más predice el bienestar psicológico, y es aún más importante el creer saber qué es lo que se quiere hacer con la propia vida y darle importancia en pensar lo que se hará en el futuro. Así pues, Castro-Solano y Díaz-Morales (2002) afirman que los objetivos de vida son valores de referencia que guían el comportamiento de los sujetos (Páramo et al., 2012). En segundo término, aquellos que confíen en los demás, que puedan establecer buenas relaciones sociales y sean capaces de mostrar capacidad empática y afectiva, evidenciarán mayor bienestar psicológico. Ello se corrobora en la afirmación de que aquellas personas que tienen un grupo de amigos más grande y que pasan más tiempo con ellos, tienden a ser más felices disfrutando de su bienestar (Diener, 1994), pues el bienestar individual depende del bienestar social (Keyes, & López, 2002).

Finalmente, cabe mencionar algunas limitaciones de la presente investigación, como son el tipo de muestreo, y la carencia de otras variables psicológicas como predictores del bienestar psicológico y la satisfacción con la vida. Sin embargo, esta podría considerarse como la primera investigación sobre bienestar psicológico en Arequipa, pues, aunque en el Perú, se han registrado diversos estudios sobre bienestar subjetivo, bienestar social e identidad nacional (Alarcón, 2009; Cornejo, Pérez, & Arias, 2017; Espinosa, Beramendi, & Zubieta, 2015), los estudios sobre bienestar psicológico son muy escasos en el país (Caycho et al., 2016; Cornejo, Pérez, & Santiago, 2015; Chang, 2016; Silva, 2016). En Arequipa, se han realizado investigaciones sobre felicidad, bienestar subjetivo, gratitud y resiliencia, pero no hay estudios publicados sobre bienestar psicológico. De este modo, a la luz de estos resultados, se hace necesario continuar con la investigación del bienestar psicológico, tomando en consideración otras variables propias del contexto actual en que vive la población peruana; y promover los temas de investigación de la Psicología Positiva, tanto en Arequipa, como en el Perú.

En conclusión, podemos afirmar que el bienestar psicológico depende más de la subjetividad individual como de los proyectos de vida. Es decir, que, si una persona tiene metas, se plantea proyectos a futuro, ello aportará positivamente en su bienestar psicológico; independientemente de su edad, sexo, situación laboral, grado de instrucción, estado civil o personas con quienes viva.

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